En el marco del Día Internacional para la Abolición Total de las Armas Nucleares, compartimos una conversación con Héctor Guerra, coordinador para América Latina y el Caribe de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), con ocasión de su vista a Colombia en el segundo semestre de 2013. El diálogo desvela los efectos reales de las detonaciones de las armas nucleares en el cuerpo humano, y en el medio ambiente, así como los territorios en donde fueron realizadas las primeras pruebas nucleares hace 50 años.
“Una zona intensamente expuesta a la contaminación nuclear puede afectar a la población por décadas. Hoy en día aún persisten los efectos de las detonaciones nucleares que se llevaron a cabo hace 50 años”, reveló Guerra.
Los efectos humanitarios de las armas nucleares son devastadores y se extienden no solo en el tiempo, sino también en las generaciones de las personas afectadas. De acuerdo con Guerra, se tienen referencias de pruebas realizadas por Francia en las Islas Mururoa y en la Polinesia Francesa en el Pacífico Sur, entre los años 60s y 90s, en donde hasta la fecha, existen áreas de esos lugares en los cuales la contaminación fue tan excesiva que son inhabitables y la población aledaña padece severos problemas de salud. En regiones donde los Estados Unidos desarrollaron pruebas nucleares, como en las Islas Marshall entre los años 40s y hasta principios de los 60s, la población quedó expuesta por décadas al consumo de alimentos contaminados con radiación.
Desde las detonaciones en Hiroshima y Nagasaki se han realizado más de 2.000 pruebas nucleares por parte de China, Rusia, los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, Israel, India, Pakistán, entre otros. Los efectos de estas pruebas han servido como insumo para realizar estudios sobre los impactos de las armas nucleares en el medio ambiente, en el desarrollo de los pueblos, en la producción agrícola y en la salud, a corto y a largo plazo.
Actualmente existen 17.500 armas nucleares en poder de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, además de Pakistán, India, Israel y la República Popular Democrática de Corea, de las cuales 2.000 se encuentran en estado de emergencia y que podrían ser utilizadas en cualquier momento, explicó Guerra.
Efectos humanitarios de las armas nucleares
No existe una lista de los efectos humanitarios de las armas nucleares, ya que los impactos producidos por estas armas son indiscriminados, a largo plazo y no hacen distinción. Sin embargo, la contaminación e inseguridad alimentaria, los serios problemas de salud, alteraciones en el medio ambiente, serían los de mayor afectación.
Según Guerra, ningún país está preparado para responder al reto humanitario que desataría una guerra con armas nucleares. Lo anterior fue evidenciado en la Conferencia Sobre el Efecto Humanitario de las Armas Nucleares, que se celebró en Oslo a inicios del 2013.
De llegar a utilizarse en un conflicto 100 de las 17.500 armas nucleares que actualmente existen, el sistema climático mundial se afectaría profundamente. Las detonaciones perjudicarían la atmósfera y la posibilidad de entrada de los rayos del sol, alterando el proceso de fotosíntesis de las plantas y la agricultura, explicó Guerra citando el estudio La Hambruna Nuclear, de la Organización de Médicos para la Prohibición de las Armas Nucleares, publicado a inicios del 2013.
En un caso hipotético las reservas mundiales de alimentos durarían tan sólo 30 días y los primeros en ser afectados serían las poblaciones que actualmente carecen de alimento; sin embargo, al largo plazo no existiría país que se librara de esa situación. Entre mil y dos mil personas morirían de hambre, señaló.
América Latina
América Latina y el Caribe, es la primera zona libre de armas nucleares a través del Tratado de Tlatelolco, en el que los países de esta región se comprometieron a no desarrollar ni producir ni almacenar ni vender tecnología relacionada con las armas nucleares; sin embargo, se trabaja por el uso pacífico de la energía nuclear.
El riesgo
El gran riesgo de las armas nucleares es que estas están en posesión de los seres humanos. De igual manera, el peligro de estas armas es su existencia, por ello no se debe hablar de reducción, sino de su desaparición de una vez y para siempre, explicó Guerra.
La prohibición
Varias iniciativas como el Tratado de no Proliferación de las Armas Nucleares y el establecimiento de zonas libres de armas nucleares, han sido esfuerzos que se han desarrollado por décadas con la ayuda de organizaciones y países internacionales, y han evitado la proliferación y han contribuido a que el número de armas nucleares que existía en un momento se redujera. Sin embargo, aún existen países que son potencia nuclear, por ello, es importante continuar con el debate sobre el impacto humanitario de las armas nucleares, desarrollar foros multilaterales y que las armas nucleares pierdan la legitimidad que tienen en ciertos países. Todo esto se puede realizar a través de acuerdo bilaterales, advirtió Guerra.