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El 27 de octubre de 2014 se realizó el Conversatorio el Tratado de Comercio de Armas: Implicaciones y Alcances para Colombia. Este evento de importancia nacional e internacional contó con la participación de Álvaro Jiménez Millán, director de la Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM); Camilo Serna, subdirector de la misma organización; Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC); y por medio de una videoconferencia desde la ciudad de Lima, Perú, Manuel Martínez Miralles, del Centro Regional de las Naciones Unidas para la Paz, el Desarme y el Desarrollo en América Latina y el Caribe (UNLIREC).

En el Conversatorio analizó los alcances, limitaciones y desafíos del Tratado de Comercio de Armas en Colombia. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas aprobó en abril del 2013 el texto del Tratado de Comercio de Armas y hasta la fecha tan solo 54 Estados lo han ratificado. Aunque Colombia no lo ha ratificado, se encuentra actualmente en el Congreso de la República el Proyecto de Ley No. 059 de 2014, a través del cual se pretende aprobarlo.

El evento se desarrolló en la Universidad Jorge Tadeo Lozano (CRA 4 # 22 – 61) Edificio Módulo 7 A Auditorio 702, y contó con la participación de más de 40 personas de diferentes organizaciones, como CERAC, Dirección para la Acción Integral Contra Minas Antipersonal (DAICMA), Policía Nacional, Rede Paz, Embajada de Alemania, CEACSA, Corpovisionarios, Observatorio del Delito DIJIN, Unidad Nacional de Protección, Fundación Ideas para la Paz, Cámara de Comercio de Bogotá, entre otras.

Manuel Martínez Miralles – El Tratado de Comercio de Armas y Perspectiva Regional del mismo

En su explicación, Martínez reveló que con 157.00 homicidios, una tasa de 16.7, y 66% de estos cometidos con armas pequeñas, la América Latina es la región del mundo que más sufre las consecuencias de la violencia provocada por este tipo de armas.

El desvió de tráfico ilícito se da primordialmente, según Martínez, por la corrupción, el robo de arsenales, la falsificación de DUF, exportaciones no autorizadas, ventas de segunda mano, tráfico hormiga, y fronteras porosas.

Las principales respuesta frente a esta situación las han proporcionado el Registro de la Organización de las Naciones Unidas de Armas Convencionales, establecido en enero de 1992 y cuyas normas globales promueven el desarme; El Programa de Acción de la ONU – PoA del 2001; Protocolo de Armas de Fuego, Instrumento Internacional de Rastreo – ITI del 2005; Primera Conferencia del Tratado de Comercio de Armas y Conferencia Final del Tratado de Comercio de Armas 2013, y la entrada en vigor del tratado internacional el próximo 24 de diciembre de 2014.

En la América Latina, el Tratado de Comercio de Armas ha sido firmado por 28 países (85%) y lo han ratificado 15 (45%). A nivel global este tratado ha sido firmado por 121 países (63%), y ratificado por 54 (28%).

El Tratado le exige a los Estados designar la autorización nacional competente, nombrar un punto focal, establecer un sistema nacional de control –que se encargue de la exportación (prohibiciones y evaluación)- e importación, tránsito, transbordo, entre otros, desarrollar una lista nacional de control, prevenir el desvío, mantener un registro, envío de informes periódicos y cooperación internacional entre Estados.

De acuerdo con UN Comtrade, 24 países de la América Latina exportan armas pequeñas y otros están involucrados en tránsito o transbordo.

Debate – Álvaro Jiménez Millán, Camilo Serna y Jorge Restrepo

“Es importante el debate sobre el Tratado de Comercio de Armas para Colombia y es necesario definir una política de armas que cuente con la participación ciudadana”, así lo dijo Álvaro Jiménez Millán, Coordinador Nacional de la CCCM.  Jiménez recordó que a finales de la década de los ochenta, Colombia vivió una reactivación profunda de los grupos paramilitares, entre otros, contra la Unión Patriótica y otros dirigentes y movimientos de la izquierda de aquellos tiempos, y que parte de las armas con las que se realizaron esos atentados y asesinatos provenían de una venta de armas.

Para el Coordinador Nacional de la CCCM, la conversación que va a liderar el Congreso sobre el Tratado de Comercio de Armas en Colombia –y en la cual tendrá un papel preponderante el Senador Jimmy Chamorro- en supremamente importante, ya que esta se hace en tiempos de negociaciones de paz. Jiménez le hizo un llamado a la Cancillería de la República para que sea “más agresiva sobre el control y comercio de armas” en el país, e instó a la sociedad civil a tener en cuenta el tema de armas de fuego, si se pretende generar un cambio en la sociedad.

Por su parte, Jorge Restrepo, Director del CERAC, recalcó que en Colombia las armas, livianas o ligeras, son un factor de riesgo y no de seguridad; que se han abandonado los programas de seguridad ciudadana; que es necesario educar a la sociedad civil sobre el riesgo de las armas de fuego; que el problema y el riesgo con estas es precisamente su regulación, y que el Tratado de Comercio de Armas, pese a que su negociación fue marginal y gris, puede ser una herramienta útil en la protección de las vidas de los ciudadanos colombianos.

A manera de conclusión, Camilo Serna dijo que Colombia firma tratados internacional, pero se presentan problemas en sus ratificaciones, y agregó que el país no tiene una posición unificada sobre los controles nacionales e internacionales de armas. “Hay contradicciones importantes en Colombia sobre el manejo del Tratado de Comercio de Armas”, agregó.

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