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Leydi Viviana Parra, hija de Jaime Alirio Salazar, un erradicador que sufrió un accidente con mina antipersonal el pasado 19 de febrero, escribió una carta en la que cuenta la situación que ella y su familia tuvieron que afrontar luego de que su padre pisara el artefacto explosivo.

En la misiva la joven cuenta una serie de hechos que evidencian el riesgo enorme al que los civiles son expuestos cuando hacen labores de erradicación manual y la falta de garantías que afrontan (ver nota).

Colombia, como Estado Parte del Tratado de Ottawa para la prohibición de las minas, tiene la obligación jurídica a la luz del artículo 5.2, de excluir a los civiles de las zonas en las que se conoce o se sospecha que hay presencia de minas antipersonal. Ver carta.

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