La Campaña Colombiana Contra Minas fue uno de los tres finalistas del decimoséptimo Premio Nacional de Paz, el cual fue otorgado a Mujeres Tejiendo Sueños y Sabores de Paz, de la Asociación para la Vida Digna y Solidaria (ASVIDA) de Mampuján (norte de Bolívar) por su trabajo entre pares, que con el tiempo se convirtió en una fuente imprescindible de memoria histórica a través del tejido de tapices, capaces de expresar y curar las heridas causadas por años de conflicto armado, desplazamiento y violencia sexual en la región de Montes de María.
Su historia conmovió a los miembros del jurado, quienes vieron en este grupo de mujeres del corregimiento de María la Baja, un referente nacional para la superación y la reconciliación, tras años de sufrir atropellos indiscriminados a los derechos humanos. Sus telas se deshilan y reconvierten en personajes de la historia real: paramilitares, civiles y guerrilleros, en campos de sueños por construir a través de paisajes multicolores.
Durante el discurso de premiación, en el cual mostraron uno de esos tapices, metáfora de su renacer, Juana Alicia Ruiz Hernández, representante de la organización, resaltó “el amor incansable” con el que llevan más de diez años haciendo este trabajo y manifestó bien alto que no “han matado” sus “ganas de seguir luchando”.
En un marcado tono religioso y haciendo el paralelismo con una ostra, que cuando un cuerpo extraño se introduce en su interior reacciona cubriendo lentamente la partícula hasta convertirse en perla, Ruiz Hernández explicó cómo este proceso de sanación las ha llevado a compartir su experiencia en otras regiones del país.
Entre los nominados también se encontraban las delegaciones de víctimas que viajaron a la mesa de conversaciones de paz en La Habana, donde ante representantes del Gobierno y de las FARC, expusieron las reivindicaciones y vivencias de más de cincuenta años de conflicto armado entre el Estado, las guerrillas y los paramilitares, en un acto pionero en todo el mundo.
En su discurso de agradecimiento, dos de las víctimas instaron a las partes a acabar con éxito los diálogos de paz que iniciaron a finales de 2012 y, pese al “costo doloroso” que les supuso a algunos de ellos la vuelta a sus territorios tras elpaso por La Habana, celebraron el acuerdo de desminado humanitario y la creación de una Comisión de la Verdad y de Personas Desaparecidas.
“Podemos perdonar, pero no olvidar. Las víctimas no renunciaremos a nuestros derechos”, manifestaron.
En la categoría de Liderazgo por la Paz, los miembros del jurado galardonaron al B.G. (r) Rafael Colón Torres, director de la Dirección para la Acción Integral Contra minas Antipersonal (DAICMA), por sus esfuerzos para lograr una paz duradera.
La Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM) también estuvo presente en la ceremonia de premiación, como tercer nominado. Los organizadores destacaron la tarea que desde el año 2000 viene desempeñando en 22 departamentos del país mediante acciones de prevención en Educación en el Riesgo de Minas, el acompañamiento a personas víctimas de estos artefactos, además de promover el acuerdo especial de desminado humanitario alcanzado finalmente en marzo de este año.
“Permítanme trasladar este reconocimiento a las cerca de 600 personas voluntarias en veredas de 180 municipios en los que hemos intervenido a lo largo de nuestros 15 años de vida”, expresó Álvaro Jiménez Millán, director de la CCCM.
Jiménez Millán agradeció este homenaje, el cual es un estímulo para seguir enfrentando retos, entre ellos, el de convertirse en el primer operador de desminado civil colombiano.