La Campaña Colombiana Contra Minas, teniendo en cuenta la grave situación de peligro a la que se expone a los civiles a través de los programas de erradicación manual forzosa, elaboró un documento en el que se presenta de forma detallada la problemática de los erradicadores manuales de cultivos ilícitos.
El estudio destaca que la mayoría de personas contratadas para la labor de erradicación son jóvenes campesinos en edad productiva y en situación de vulnerabilidad y pobreza. También señala que el salario mensual promedio de los erradicadores es de $550.000 pesos. El programa de lucha contra cultivos ilícitos además estipula que los trabajadores no pueden ser oriundos del lugar donde van a erradicar ya que podrían ser víctimas de retaliaciones por parte de grupos armados no estatales.
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