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Por la Coordinación de Arauca  

El contexto departamental ha variado constantemente en lo corrido del año 2013. Las cosas iniciaron con una aparente calma por los acuerdos de no ataque de las  FARC-EP desde diciembre de 2012 hasta mediados del mes de enero. En ese periodo de tiempo la situación de orden público estuvo tranquila afortunadamente. El 21 de enero inició la movilización de los campesinos y comunidades indígenas, con el apoyo  de las organizaciones sociales del centro oriente de Colombia, en más de ocho puntos del departamento especialmente en las entradas a los pozos petroleros de Cari Cari y Caño limón y en la entrada al Pozo Gibraltar en Norte de Santander, impidiendo el acceso a los lugares de exploración y explotación petrolera, en el marco de la reactivación de la “Jornada de movilización pacífica de exigencias a las transnacionales petroleras y al Estado colombiano”.

La respuesta estatal fue inmediata y no se hizo esperar con un llamado de atención a los manifestante diciendo que el “Gobierno Nacional no se sentará a negociar hasta que no se levante las vías de hecho”,  y deciden  traer más fuerza pública de otras partes del país para intentar desalojar a la fuerza a los manifestantes. Esto deja graves consecuencias:  personas gravemente heridas, una señora de seis meses de embarazo pierde a su hijo al inhalar los gases lacrimógenos lanzados por el (ESMAD) de la policía, personas capturadas y judicializadas.  Los manifestantes deciden levantar las manifestaciones y regresar a sus hogares a mediados del mes Febrero con la promesa del gobierno departamental, nacional y de las multinacionales de sentarse a dialogar con representantes de la sociedad civil para  llegar a acuerdos.  Hasta la fecha de hoy solo se han sentado en dos ocasiones y no han llegado a negociaciones definitivas, lo cual tiene a las comunidades en expectativa  porque se rumora  que si no hay acuerdos y no se cumple el  pliego de peticiones, las comunidades se tomarán nuevamente las vías del departamento.

En este contexto no se sabe qué va a ocurrir, pero lo que sí es muy cierto que las transnacionales petroleras se están empoderando de Arauca. Hay dos macro proyectos (bicentenario y la Sísmica en cinco de los siete municipios de Arauca), que tienen en jaque a todo el departamento. La fuerte militarización, las tracto mulas, las grandes máquinas y los inmensos tubos por donde va salir la sangre de nuestra tierra es lo que se puede observar por cada rincón de este bello paraíso.

Para el mes de febrero la ola de asesinatos selectivos, el secuestro, los ataques a la fuerza pública y a la infraestructura fue el pan de cada día por parte de los actores armados no estatales – AANEs en todo el territorio departamental. También hay daños ambientales provocados por la destrucción en repetidas ocasiones al tubo que transporta el crudo de caño limón, donde se presentaron perdidas incalculables a las riquezas naturalescontaminados con el crudo como potreros, caños, ríos y animales.  Pero eso no parece importar ni a los unos ni a los otros.

Para el mes de marzo la fuerza pública dio duros golpes especialmente por la captura de varios cabecillas del ELN, la destrucción de varios campamentos y hallazgo y desactivación de un alto número de artefactos explosivos (MUSE, MAP y AEI), al parecer de propiedad de las FARC. Lo más preocupante de esta situación es que en su mayoría han sido ubicados cerca a instituciones educativas y vías principales del departamento. A pesar que los AANEs anunciaron un marzo negro fueron pocas los ataques y afortunadamente pocas las personas  heridas y muertas.

Los AANEs se han sentado en varias ocasiones a dialogar, según comentan las comunidades, con la idea de presentar un documento a la opinión pública donde se muestre el interés  del ELN a sentarse a dialogar con el gobierno nacional.

En este momento en Arauca todo gira en torno a las petroleras. Dentro de la población hay quienes perciben que al gobierno no le interesa otra cosa que continuar “regalando” el departamento para recibir las regalías y poder continuar con todo el monopolio de la corrupción departamental. Las comunidades tienen desacuerdos por la miseria de trabajo que les brindan las transnacionales para comprar a un pueblo que con tanta riqueza se está muriendo de hambre. Los actores armados ilegales presionan con atentados a la infraestructura, queman carros de las compañías y secuestran personas, todo esto bajo el discurso de “defender al pueblo”. Al gobierno solo le interesa militarizar  a todo un departamento sin inversión social, sin carreteras, sin infraestructura para las comunidades; la única presencia estatal que se tiene es la fuerza pública que también están “defendiendo al pueblo”… ¿y a los intereses transnacionales?

La contaminación por armas con tanta militarización cada día es más alta. Los secuestros, la extorción, los “falsos positivos”, la guerra sucia que se vive en la frontera con Venezuela, nuestros hermanos indígenas matándose entre ellos y muriendo de hambre por el confinamiento en el que los ha metido la guerra, las capturas masivas y todo lo que tiene que ver con este conflicto tiene a los araucanos en los más altos índices de vulnerabilidad a nivel nacional pero siempre nos lavamos las manos y se dice que en Arauca no pasa nada.

El plan de gobierno departamental es uno de los cuatro mejores a nivel nacional pero con un solo problemita: nunca hay recursos para ejecutar nada de todo lo bonito que está en los papeles.

 

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